Es magnífico ver a un alfarero, como, desde un trozo de
arcilla o barro, es capaz de crear piezas únicas: jarrones, cuencos, platos, o
elementos decorativos.
Al verles, parece tan sencillo, que dan ganas de coger un
trozo de arcilla y ponerse a trabajarla, nada más lejos de la realidad, al menos
yo lo he intentado alguna vez y fuera aparte de no tener las herramientas necesarias,
que no es justificativo, los resultados están muy lejos de parecerse al trabajo
de un alfarero.
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